Longeva: la imagen de Guadalupe que vio crecer al Guadalupano.
Al entrar a la capilla del histórico Colegio Guadalupano de San Salvador llama la atención una imagen de la Virgen de Guadalupe colgada del altar principal al costado derecho. Es claro que se trata de una replica a escala del altar de la morenita del Tepeyac en Ciudad de México. Pero son los más observadores los que notan que la imagen presente no corresponde a una pintura actual y que se trata de una pintura antigua. Esta imagen data de antes de 1943 y ha sido testigo del crecer de un colegio y una nación
Testigo del progreso.
En 1943 esta sagrada imagen fue coronada de forma diocesana pero los registros nos indican que su elaboración es más antigua. Pasando por el siglo XX nuestra Virgen de Guadalupe fue testigo del crecer imparable del Colegio Guadalupano. Su primer hogar fueron las extintas instalaciones del colegio en el histórico centro de San Salvador, posteriormente acompañó a la institución en el gran salto a las nuevas instalaciones en una importante zona junto a la embajada de Estados Unidos en aquella época. Nuestra madre vio crecer ladrillo a ladrillo las modernas instalaciones educativas para finalmente obtener su lugar en una maravillosa capilla.
Hecatombe de 1986.
Un fuerte sismo devastó la Ciudad de San Salvador el 10 de octubre de 1986 dañando considerable e irreparablemente gran parte de las instalaciones del colegio. La capilla fue abatida por la fuerza del sismo y debilitada desde sus simientes, pero para sorpresa y el asombro de muchos el altar y la Virgen de Guadalupe permanecieron intactos. Como si de un escudo se tratara los estragos del terremoto no dañaron la imagen de la morenita.
Estrella de la reconstrucción y de la paz.
Nuestra imagen de Guadalupe nos guío y motivó para resurgir en medio de las tempestad y muy pronto el Colegio Guadalupano y la comunidad educativa reconstruyeron las instalaciones y dieron una nueva y reforzada forma a los pasillos que forman mentes y corazones. De manera paralela el país enfrentó un terrible conflicto social, una guerra civil provocó angustia en todas partes, pero nuestra Madre de Guadalupe fue consuelo y protectora de todos.
El hogar perpetuo.
Finalmente a principios del 2000 se construyó la nueva capilla del colegio donde hoy en día nuestra Reina del Cielo reposa perpetuamente gozando de ser nuestra consentida y eterno símbolo de la comunidad guadalupana. Los niños, niñas, ex alumnas, maestros y padres de familia saben que en nuestra capilla se encuentra la más pura expresión de amor maternal. Todos concordamos que nuestra señora de Guadalupe es y será por siempre la joya de nuestra institución.